El jueves en compañía
de varios amigos entre ellos Andreyna Herrera y Roberto A. López y otros
nombres que no recuerdo por mis lagunas mentales surgidas de vez en cuando,
hablamos de aquellos idos tiempos en que fuimos parte de una de sus filiales,
la de Potosí.
Hablamos de los días
en que nos hicimos cargo como la nueva generación de escritores, primero me
hice cargo yo y luego Roberto, como Presidentes respectivamente en distintas
gestiones, con varias actividades en favor de la institución.
Lo cual la generación
anterior, la vieja guardia decía que nos iban a ayudar, a respaldar con la
experiencia que tenían, pero no pasó nada. Ahora que ya no estamos, que ya no
hacemos falta, no pasa nada con la Sociedad Boliviana de Escritores – Filial
Potosí. Sigue siendo una cofradía elitista de gente jubilada, en su mayoría,
con mucho tiempo para hacer nada de nada.
Cuando se fundó la
Sociedad de Escritores de Bolivia en 1997 en Potosí, por medio de un Congreso a
nivel nacional, cuyo primer Presidente fue el Ing. Armando Sánchez Velásquez,
uno de sus primeros objetivos me imagino que estaba proyectado el de apoyar a
los nuevos valores en las letras, lo cual hasta el día de hoy no pasa nada.
Durante varios años
el Congreso Nacional de Escritores se ha llevado en diferentes departamentos,
pero qué han hecho aparte de encerrarse en cuatro paredes? Buenos viajes a
Tarija, Sucre, Pando, etc. Con el objetivo de qué?
Entonces: ¿PARA QUÉ
SIRVE LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE ESCRITORES?
Pregunta que en
nuestros días motivó para la creación de otros colectivos con mejor suerte en
trabajo, dinamismo, como Escritores Unidos, Supernova y en Potosí Red de
escritores Potosinos al cual soy parte por el momento.
Entonces me hago la
siguiente pregunta: ¿PARA QUÉ ME SIRVIÓ LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE ESCRITORES?
Aparte de escuchar cuentos de ollas, deporte y renegar por gente que se creía
pequeños diosecillos por haber publicado un libro de rimbombante romanticismo
que no aportaba nada?
Finalmente me
pregunto: ¿PARA QUÉ INGRESÉ A LA SOCIEDAD BOLIVIANA DE ESCRITORES? Debí ser un jovenzuelo demasiado incrédulo o ingenuo,
no?.- N Van J.