Sabido está por demás decirlo – copiando la afirmación de
alguien – que en Potosí no vas a encontrar nada que valga pena leer, a más de
una buena cantidad de libros de auto ayuda en los puestos de libros y otros que
ni llaman la atención para un espíritu de difícil gusto literario, no quiero
hacerme a los lindos, un espíritu de
gusto refinado como yo.
Potosí se ha convertido en
el trasero literario de Bolivia, con grupos literarios o como se los llama hoy,
colectivos literarios pero de todo, queriendo revivir el pasado colonial o la
grandeza literaria de antes. Digo el trasero literario, porque no has de
encontrar en Potosí una buena librería que tengan buenos libros. Mi abuelo me
contaba que había antes en Potosí buenas librerías que importaban libros de
buena lectura y ahora qué tenemos, puestos callejeros que ni venden libros
originales.
Mucha gente me pregunta en
el Facebook: ¿Cómo consigues los libros que compartes? Algunos me piden por
prestado, al cual les digo un NO como respuesta, basta una sola vez para no
volver a repetir la historia de antes, porque alguna vez fui tan bueno en
prestar y no me lo devolvieron porque la persona que me lo tenía que devolver
se me murió, por desgracia mía mi ex.
Ahora dando vueltas con el
pensamiento estos comentarios a pluma veloz, yo recuerdo que mis primeros
libros propios, solo de mí, fueron en primer lugar el libro de lectura
“Alborada”, porque tuve que aprender a leer a través de aquel libro, el libro
del A B C de entonces. El segundo libro fue un Diccionario, el Iter Sopena, para
corregir mis primeros errores y los de ahora. Finalmente el tercer libro por
orden de llegada fue una biblia, para saber que Dios existe y Jesús murió por
nosotros, historia que ahora lo dudo; pero como dice alguien, el magnífico
pintor peruano Luis Palao-: “No creo en Dios, pero cuando veo a alguien caer,
digo oh Dios!!”.
Pero siempre tuve libros a
la mano, siempre en casa contábamos con un buen número de libros. Un día mi
abuelo llegó a Casa con una bolsa grande de color celeste, olor a antigüedad,
un olor muy peculiar, todos en casa queríamos saber que contenía la bolsa y la
sorpresa mañanera llegó, libros!!! La bolsa celeste, de un olor muy peculiar
tuvo que ser libros, para tener ese olor a antigüedad, a hoja antigua, a letras
de molde añejo, tapas con olor a polvo, para ser libros. Gran sorpresa fue
también que mis primeras lecturas serias fueron esos libros, novelas de
Alejandro Dumas. Tolstoi, Víctor Hugo, F. Dostoievski y otras de Ediciones TOR de la Argentina. Como también
varios libros de la Editorial POTOSÍ, que a partir de los años cincuenta fue
una de las más importantes en Bolivia.
Un día cuando yo me “chaché”
del colegio por la mañana, caminando por los arrabales de la ciudad de Potosí,
ingenio Velarde, por aquellos lados, me encontré una caja llena de libros,
claro usados, de buena lectura, novelas, poemarios que alguien los tiró
pensando que no servían, pero hasta ahora a mí me sirven.
Ahora que estoy viviendo en
la ciudad de El Alto – La Paz – Bolivia, todo los domingos tengo que ir de feria
a la 16, de compras, a comprar libros usados por la riel, claro tengo gustos
difíciles, pero logro hallar buenos libros, de literatura o de historia.
Don Venancio es uno de mis
competencias, a veces él llega primero, él no me conoce pero todos le conocen
como rescatista, siempre anda con una bolsa nayllón en busca de buenos libros,
tiene una melena que le llega hasta los hombros, pareciera que fuese de los
malos chicos por su personalidad, siempre viste de negro, pero de tanto
merodear por ahí creo que ya me conoce, aunque se hace a los locos.
Otro de los típicos
personajes que busca libros por la 16, es Don Saturnino, pero no lo hace por
revender sino lo hace por simple lectura, su personalidad a simple vista
pareciera que tuviese ni un centavo para almorzar, sin embargo siempre busca
buenos libros, especialmente los de literatura, siempre anda con un abrigo a
cuadros y una mochila roja, con un gorro negro a la usanza del Ché.
Otro típico personaje, pero que
representa a la elite de los libreros de buena sepa, es Alexis Arguello que
siempre merodea por la 16 en busca de buenos libros para su librería, tiene una
editorial llamada Sobras Selectas que ya tiene varios libros publicados.
Debe haber otros personajes
típicos que merodean por la 16, anónimos como yo o como Don Venancio o Don
Saturnino, en busca de buenos libros por la riel o por algún lugar del
teleférico, pero todos los caminos van
por la Feria de la 16, de la ciudad de El Alto.- N Van J