lunes, 28 de febrero de 2022

In Memoriam de Blanca Villavicencio Calderón (1938 – 2022)

 

Su poesía rendía culto a Potosí, a su tierra natal.

La poesía potosina ahora está de luto. El parnaso potosino se ha vestido de negro. La poetisa Blanca Villavicencio Calderón ha fallecido en las últimas horas. Autora de dos libros de fina sensibilidad poética, fue poseedora de una brillante voz en la declamación potosina. “Ecos del Corazón Potosino” fue su primer libro, publicado el año 2000, en la imprenta “Zulver” de la ciudad de Potosí.


ECOS…la primera palabra me suena a “sonido confuso” o una “repetición del sonido por reflexión de las ondas sonoras”, tal como lo señala el diccionario SOPENA de uso común. Lo que hace entender, de forma figurativa, que el corazón potosino tiene sus ecos, a través de este poemario.

Hermosa tierra de Potosí

han escrito muchas cosas de ti,

de tu prodigiosa realidad

o de la sutil fantasía.

Más algo es gran verdad,

el brillo de tu noche estrellada

y tu fresca brisa matinal.

Son los primeros versos del libro que empiezan a tomar su consistencia, de seis poemas publicados: Tierra de Potosí, amor potosí, vale un Potosí, el Boulevard, mi Potosí querido, campanas de Potosí, este último el más logrado detalle en la voz de la poeta.

La conocí primero el mismo día de la presentación de su poemario “Ecos del Corazón Potosino”, en el salón de actos del Museo Universitario el año 2000. Como curiosidad de jovenzuelo, iba seguido a todas las presentaciones, en especial de libros y de esta forma nutrirme de lo que se podía, porque en Potosí, era todo un acontecimiento la presentación de libros, porque estos eran pocos y esta costumbre sigue siendo así.

El año 2001, cuando fundé el Grupo Cultural “Esperanza”, cofradía de jóvenes literatos de Potosí, invitábamos a escritores de Potosí, para darnos alguna clase o charla literaria y así poder aprender más sobre este oficio literario. Hubo varios que vinieron al llamado de ayuda, hicimos escuela de ellos y nos cargamos de conocimiento. Armando Sánchez, Martha A. de Vallejo, Blanca Villavicencio Calderón, entre otros.

Blanca Villavicencio Calderón, pertenecía a varias instituciones, clubes de libros y grupos literarios en Potosí, siempre se preguntaba del grupo en las actividades literarias que nos encontrábamos por casualidad. Recuerdo que fui maestro de ceremonias del Club del Libro de la ACF, porque no había otro de confianza de la poeta fallecida.

De carlos V, la Villa Imperial,

por coloso cerro engendraba

y madre de argento parida,

inició esplendorosa vida.

 

Los Reyes Católicos de Castilla,

apadrinaron la religión,

españoles, mestizos e indios,

fervorosos su fe acrecentaron.

 

Con adobe, piedra, cal y canto

edificáronse muchas iglesias

y de indios las parroquias

para alabanza de Nuestro Señor.

  

Son las tres primeras estrofas de  Campanas de Potosí, que para aquella época la poeta Blanca Villavicencio Calderón más la declamaba en las actividades literarias.

Después el tiempo pasó, muchos acontecimientos sobrevinieron y el año 2014 me fui a la Sede de Gobierno a empezar de nuevo. No tuve más acercamientos  con la poeta. La pandemia me alejó más de las actividades literarias en Potosí, pero la virtualidad nos unió más, eso pienso. La última vez que tuve contacto fue por ese medio, por Facebook: “Apreciado Nelson un abrazo a la distancia, muchas felicitaciones y que pases lindo este día y siempre”. Me hubiera gustado abrazarle en el día de mis cumpleaños de forma presencial, vuela alto mi estimada Blanca Villavicencio Calderón.- Nelson Van Jaliri.