Su poesía rendía culto a
Potosí, a su tierra natal.
La poesía potosina ahora
está de luto. El parnaso potosino se ha vestido de negro. La poetisa Blanca
Villavicencio Calderón ha fallecido en las últimas horas. Autora de dos libros
de fina sensibilidad poética, fue poseedora de una brillante voz en la
declamación potosina. “Ecos del Corazón Potosino” fue su primer libro, publicado
el año 2000, en la imprenta “Zulver” de la ciudad de Potosí.
ECOS…la primera palabra me
suena a “sonido confuso” o una “repetición del sonido por reflexión de las
ondas sonoras”, tal como lo señala el diccionario SOPENA de uso común. Lo que
hace entender, de forma figurativa, que el corazón potosino tiene sus ecos, a
través de este poemario.
Hermosa tierra de Potosí
han escrito muchas cosas de ti,
de tu prodigiosa realidad
o de la sutil fantasía.
Más algo es gran verdad,
el brillo de tu noche estrellada
y tu fresca brisa matinal.
Son los primeros versos del
libro que empiezan a tomar su consistencia, de seis poemas publicados: Tierra
de Potosí, amor potosí, vale un Potosí, el Boulevard, mi Potosí querido,
campanas de Potosí, este último el más logrado detalle en la voz de la poeta.
La conocí primero el mismo
día de la presentación de su poemario “Ecos del Corazón Potosino”, en el salón
de actos del Museo Universitario el año 2000. Como curiosidad de jovenzuelo,
iba seguido a todas las presentaciones, en especial de libros y de esta forma
nutrirme de lo que se podía, porque en Potosí, era todo un acontecimiento la
presentación de libros, porque estos eran pocos y esta costumbre sigue siendo así.
El año 2001, cuando fundé el
Grupo Cultural “Esperanza”, cofradía de jóvenes literatos de Potosí,
invitábamos a escritores de Potosí, para darnos alguna clase o charla literaria
y así poder aprender más sobre este oficio literario. Hubo varios que vinieron
al llamado de ayuda, hicimos escuela de ellos y nos cargamos de conocimiento.
Armando Sánchez, Martha A. de Vallejo, Blanca Villavicencio Calderón, entre
otros.
Blanca Villavicencio Calderón,
pertenecía a varias instituciones, clubes de libros y grupos literarios en
Potosí, siempre se preguntaba del grupo en las actividades literarias que nos
encontrábamos por casualidad. Recuerdo que fui maestro de ceremonias del Club
del Libro de la ACF, porque no había otro de confianza de la poeta fallecida.
De carlos V, la Villa Imperial,
por coloso cerro engendraba
y madre de argento parida,
inició esplendorosa vida.
Los Reyes Católicos de Castilla,
apadrinaron la religión,
españoles, mestizos e indios,
fervorosos su fe acrecentaron.
Con adobe, piedra, cal y canto
edificáronse muchas iglesias
y de indios las parroquias
para alabanza de Nuestro Señor.
Son las tres primeras
estrofas de Campanas de Potosí, que para
aquella época la poeta Blanca Villavicencio Calderón más la declamaba en las
actividades literarias.
Después el tiempo pasó,
muchos acontecimientos sobrevinieron y el año 2014 me fui a la Sede de Gobierno
a empezar de nuevo. No tuve más acercamientos
con la poeta. La pandemia me alejó más de las actividades literarias en
Potosí, pero la virtualidad nos unió más, eso pienso. La última vez que tuve
contacto fue por ese medio, por Facebook: “Apreciado Nelson un abrazo a la
distancia, muchas felicitaciones y que pases lindo este día y siempre”. Me hubiera
gustado abrazarle en el día de mis cumpleaños de forma presencial, vuela alto
mi estimada Blanca Villavicencio Calderón.- Nelson Van Jaliri.