domingo, 26 de mayo de 2013

LAS ALASAS EN POTOSÍ

Dentro de las tradiciones potosinas, está Las Alasitas, que significa comprame, lo cual no quiere decir que sea una copia de lo que se hace en la ciudad de La Paz.
Estas Alasitas desde tiempo atrás significó la compra de miniaturas a cambio de barritas de plomo, como los soltaditos de plomo, zapatitos, pelototas de trapo, cositas de hojalatas y otro tipo de artesanías de peculiar esmero. Sin embargo, actualmente todo se vuelve plato paceño, ekekos de aquí y allá, pasankallas y juguetes de plástico.


A pesar de barbies made in japan, hormigolándias paceñas, yesería alteña, mas pastillas y juegos que artesanías, la tradición periodiquilla en Potosí no muere.
Potoquito y A Calzón quitado, son dos periodiquillos en miniatura que desde años atrás se publican como para tomarlo en serio,según asevera uno de ellos. El primero está dirigido por el verticalista Cristóbal Corso Cruz y el segundo por los periodistas independientes, sobre todo nacionalistas Ramiro Almendras Hurtado y Walter Ramírez Hurtado.
“Cada año como el espíritu santo aparecemos y desaparecemos, este instrumento periodístico en su contenido no ofende a nadie menos a los capos del Gobierno…” dice el Potoquito.
A Calzón Quitado, su boquita se abre como cohete donde dice las cosas de frente, como para justificar el nombre del periódiquillo:
“No jodas, Foco te vas hacer lackar de vuelta deja al gobierno en paz, ya me conoces…”
¿Dónde estará el Criticonsito, con su bogotito chisporante?. Esperemos que a la semana siguiente salga de su atadura de San Crispín.- N Van J.

viernes, 10 de mayo de 2013

EN MEMORIA DE MARTHA A. DE VALLEJO

COSTILLA DE ADÁN
En Memoria de Martha A. de Vallejo


 En la gráfica Wilson Cruz, Martha A. de Vallejo, Javier Gómez, Marcela Oporto y Carmen Camacho


Dentro  de las declaraciones uniformes de la poesía contemporánea en Potosí, hemos seguido sus planteamientos dentro de un lenguaje tradicional desde hace tres decenios. Últimamente hemos lamentado la muerte de una de sus fervientes animadoras, Martha A. de Vallejo, cuyo entierro se realizó el pasado 5 de mayo, autora de poemarios de excesiva metáfora e imágenes neo románticas, MI VOZ y  CUANDO VUELA EL PENSAMIENTO.
Para los que somos de mi generación, Martha A. de Vallejo significó una de las primeras lecturas poéticas, lo cual prueba que en Potosí no hay buenas alternativas para los que nos iniciamos en escribir nuestros primeros aleteos en versolibristas y debemos revisar primero los referentes locales, como Armando Sánchez, Blanca Villavicencio y Ramiro Ordóñez, todos envueltos en un civismo banal, retroalimentación histórica y sobre todo de un romanticismo monótono de odas que joden a las nuevas generaciones.
Actualmente la poesía contemporánea en Potosí, gracias a las lecturas que se hace en los balcones potosinos, compartiendo el lugar con las palomas se robustece de sarcasmos, planos irónicos, con algunas influencias góticas, otras veces Sáenz, Borda, hay la utilización de terminologías científicas, como jurídicas y médicas, pero de todos modos se hace poesía, en pequeñas interesantes fórmulas.
Se supone que generalmente las asociaciones o sociedades que reúnen escritores se convierten en circulitos más o menos cerrados que no trascienden, esta preocupación es cierta en Potosí, como los Clubes del Libro y Sociedades de Escritores. De todas maneras hacen actividad literaria, para bien y mal de las circunstancias.
Martha A. de Vallejo, nos trajo con MI VOZ una voz cerrada en su primera incursión poética. Ya en su segundo libro CUANDO VUELA EL PENSAMIENTO, esa costumbre cerrada en busca de la palabra clave, no fue tan escasa, una forma personal e íntima se deslumbró, la recuerdo en su poema Divagaciones, forma cuidadosa dentro del verso, una lectura existencialista y juguetona:
En torno a una lata, divago sentada,
Perdiendo minutos sin razón alguna.
Lata es…Anoto.

Hace algunos años, fuimos con Daniel Medinaceli a hacerle una entrevista para la Revista A Prueba de Frío, del cual nunca salió y debe estar la grabación en algún lugar de mi casa o la perdí grabando otra cosa.
En estos últimos años, han muerto varios escritores potosinos, entre otros alguna vez compartí un vino con Mariano Piuca Yerma, tuve sendas charlas con Alfredo Jiménez (no confundir con un cantante mexicano) y otros se acercan con un paso a la caja mortuoria, como René Arrueta en Sucre. Cada vez más me vuelvo viejo o mis cabellos se están volviendo canosos, lo cierto es que ya no soy el muchacho activo de antes, tengo una carita de difunto que da pena.
Atrás quedaron las tertulias que amanecíamos con Adolfo Vara Ticona en compañía de su calavera, las correrías literarias con Daniel Medinaceli asesinando filisteos, el Rinconcito del Autor Potosino con Pedro Urbano, las reuniones del Grupo Cultural Esperanza en literatura y los Caballeros de la Noche en pintura, que buenas chupas nos dimos, tengo una presión alta que me aburre, sólo el amor al arte y a la poesía me hace feliz.-N Van J.

Miro el papelucho que muestra mi letra
Y debo admitirlo, cuando fuera escrito
Sólo lata es
Costilla de Adán,
9 de mayo de 2013

En el momento del velorio