COSTILLA DE ADÁN
SITUACIONES
DE VIEJO ARRUETA
Hace poco estuvimos
nuevamente en Sucre en compañía de mi colega pintor Edgar Zamora, para poder
saber otra vez más, la movida pictórica de los pintores locales, lo cual se
comprobó lo de siempre y es mejor no dar rienda suelta al tema. El tema es
otro, aunque no fue planeado desde su inicio.
Luego de visitar algunos
atractivos turísticos de Sucre, nos
sentamos los dos a descansar al medio día en la Plaza Principal y recordamos
entre otras cosas, la vez primera que estuvimos juntos en Sucre, pero con el
único propósito de visitar a otro pintor, a René Arrueta. No sabíamos la
dirección del “Maestro”, aunque este título se fue esfumando de a poco. Enseguida
Zamora llamó a otro pintor muy amigo de él y conocido mío, el maestro Humberto
Erquicia, luego de los acostumbrados apretones de manos y bienvenidas de ambos
lados muy cerca al Templo de San Francisco, fuimos los tres a visitar a René
Arrueta a su domicilio ubicado a un costado del centro de la ciudad. Los tres
estuvimos muy contentos, parecíamos jovenzuelos como lo que pasó en su momento
con Denis, Bernard y otros pintores que peregrinaron para visitar al viejo
Cézanne en Paris. Pero todo pareció al contrario de las cosas, el viejo Arrueta
no nos recibió bien, con palabras de grueso calibre se excusó de la
peregrinación en honor a él. Después del incidente, Zamora tuvo que regalar los
libros a Humberto Erquicia que había llevado especialmente para el viejo
Arrueta y tuvimos que volver a Potosí, sin contar la penuria que significó en
ir y venir en día de paro y bloqueo durante todo el viaje con una serie de
transbordos entre una y otra flota.
Esta situación abre ahora
mismo otras situaciones con relación al viejo Arrueta. Hablando de modo general
recordemos “Situaciones” ,un libro importante en la producción de Arrueta,
donde el paisaje no lo ve como paisaje tal, al contrario habla de un paisaje
pictórico.
En otra situación habla de
la persona que entra a una exposición pictórica y sale pensando qué comerá
mañana, sin saber que tuvo la oportunidad de comer alimento espiritual para el
alma.
Estas dos situaciones me
abrieron el camino para seguir caminando en los caminos polvorientos del arte.
Yo ya sabía que el viejo Arrueta era poco entrado a las conversaciones pos
humanas y era hombre de pocas pulgas hablando de forma no sustancial. Pero como
era el más joven del grupo, tuve que acompañarlos en la peregrinación.
Este recuerdo es un inconveniente en la vida del viejo Arrueta, el pintor de
las composiciones de difícil penetración lógica. Su pintura se mueve sobre
situaciones compositivas donde todo es clave, signo, símbolo, semiología pura.
Es una cosmovisión que gira en torno al saber qué elegir entre lo real y lo irreal.
Me pesa mucho por encima de
todo, que el viejo Arrueta morirá solo con sus ideas que deberían abrir paso a
otras y de esta manera brindarnos más de su saber y conocimiento. Un punto
menos a los de su generación, junto a Loayza, Quintana y otros pintores
potosinos que nacieron después de la
revolución del 52 en Potosí.- N Van J.