COSTILLA DE ADÁN
El toque Fabricio, una pincelada
Sobre canales intermitentes, fuimos ayer a la
exposición del artista Orureño Fabricio Lara en la Galería de Arte Mérida y nos
quedamos en la disonante conclusión, que el toque Fabricio acabó en la
primavera de su fabricación pictórica. Como decía Carlos Medinaceli “chaupi p unchaipi tutayarka” a
medio día anocheció
Todo por figurar en los espacios citadinos y
estampitas del fu fu o del megacine de la urbe paceña. Pero pasemos un vistazo
veloz, como fuga de ave de mal agüero a su obra pictórica. Azules, amarillos y
rojos, unas cuantas manchas y ya, todo acaba en perplejidad a la mirada de
quien observa cada retazo de su obra, aunque por demás decirlo me quedo con
otros retazos abstractos que van y vienen por ahí.
Su visión universal en las culturas
primitivas y en el arte rupestre se plasma en divergencias que lo vimos anoche,
cansancio, agotamiento, incompetencia consigo mismo y sobre todo no hay
trabajo, cosa que debería hacerlo estando viejo y no en la primavera de sus
años.
Este lenguaje contemporáneo, decía antes - que la abstracción juega su papel importante, pero
no sale del mínimo asombro. Composiciones Naid, debajo de la terminología.
En términos formales, toda su obra abruma,
cansa y no podemos hablar que experimente con las cosas, con la composición,
con el color y especialmente con una palabra que encierra todo lo dicho,
trabajo y sobre todo trabajo.
Costilla de Adán,
12 de agosto de 2016
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