LA PROSTITUCIÓN DEL ARTE PARA EL BIEN
DEL ARTISTA
Hace
un par de días se puso en la carpeta de las críticas, sobre un busto elaborado
por un artista desconocido hasta ahora, para dar realce a una actividad de
índole político para enarbolar el color azul, en la entrega de un colegio que
lleva el nombre del actual Vicepresidente de Bolivia García Linera.
Lo
del acto pasa y el pueblo olvida como siempre las historias de cada gobierno de
turno y lo de la escultura del artista desconocido también será un instante
fugaz en este ambiente de las críticas y criticuliras.
Lo
que está en debate es, si el artista debe prostituir su trabajo y no todo es
dinero en la vida, afirmación muy romántica cuando se abre la realidad de los
artistas a hora de comer o alimentar a su familia.
Grandes
artistas han prostituido su trabajo. Para no ir lejos, hablando de Bolivia,
Mamani Mamani tuvo que realizar murales en unos edificios de la ciudad de El
Alto para obtener montos económicos y pagar a sus ayudantes que eran también
artistas. Gastón Ugarte tuvo que hacer prendedores de recuerdo con el logotipo
del Mar y así otros ejemplos se pueden dar en estas épocas cuando el color de
la prostitución es de un color azul. El mismo Ricardo Pérez Alcalá tuvo que
hacer el monumental monumento en el Ilo durante el Gobierno de Paz Zamora y con
esa plata se compró una casa.
¿Acaso nosotros no nos prostituimos cuando
vamos con nuestro mejor rostro pintado y vestimenta, a las galerías de la Zona
Sud dejando nuestras obras para que la vendan? Que alguien lance la primera
piedra si se siente libre del pecado, porque todos fuimos prostitutos a la hora
de las necesidades económicas. Hicimos murales en el actual Palacio de
Gobierno, hicimos otros en favor de los municipios con color de algún partido
político. Entonces, no seamos hipócritas a la hora de decir la verdad.
Yo me
volvería a prostituir si debo primero alimentar a mi familia, porque el trabajo
no denigra a nadie y por consiguiente es trabajo artístico cuando uno lo
realiza, sea cualquier la temática.
Los
estómagos de los más cercanos no esperan y no son romanticones para decir
palabras cuando no hay un pedazo de pan para comer. ¡Que viva la prostitución
cuando uno tiene que comer y alimentar a la familia!, porque también las
prostitutas trabajan por sus hijos.- N
Van J.