lunes, 28 de diciembre de 2020

HISTORIAS PARA CONTAR, BREVE COMENTARIO AL LIBRO DE GASTÓN NOYA LUJÁN

El año se acaba y los libros no aguantan. El 2021 esperemos que sea provechoso para la literatura potosina y quizás no recordar pocas cosas en este año. La producción literaria fue reducida en Potosí, sin embargo hubo pocas almas generosas para compartir sus publicaciones con el soberano lector.

 

2020 a mi parecer todavía no conozco una publicación que valga pena capital en su lectura, a más de algunos libros publicados por el municipio potosino que fueron regalados en sus presentaciones como panes calientes en la plaza principal de Potosí, unos cincuenta, quizás unos sesenta panes y lo demás guardados en algún lugar o depósito.

 

Por eso rara vez voy a esas presentaciones, prefiero comprar mis libros aunque me cuesten. Eso me pasó hoy por la mañana. Historias Para Contar, un Libro de Gastón Noya Luján, un libro demasiado modesto desde su portada, sin ninguna creatividad artística. El rojo color de su portada no llama la atención para comprar el libro, demasiado triste el rojo sin ningún contraste con las fotografías, pero vale como libro y como es su primera vez, no seré muy incisivo en mis apreciaciones críticas, espero cumplir con lo dicho.

 

15 historias para contar y otras para no contarlas, desde el prólogo tuvo que empeñarse en ser un libro; pero no todos los cuentos encasillan en un rompecabezas. Las primeras líneas del prólogo son forzadas y rompen la armonía de lo que está escrito después. Sin embargo hay certezas claves en su narrativa.

 

“La fiesta de graduación” es más constructiva con relación a “Se llaman ministros”. “Los lamparitas de Pailaviri” me impregnaron de luz a un comienzo, pero se apaga y vuelve a prenderse como una luciérnaga. “Los dólares americanos” no son tan verdes, pero llegaran a serlo después. “Amor secreto”, todos lo tuvimos y casi lloro por “Ya no te veo hijo”. Y es tan silenciosa la siguiente historia, sobre la pandemia que es mejor no nombrarla. “El mecánico dental” y “Cremen el cuerpo…” son más afortunadas, aunque debo decirlo no los mejores, pero tienen fortuna en su construcción literaria. Las demás historias son más testimoniales y el último no tengo idea de lo que es.

15 historias y el tiempo dirá si debe permanecer en el silencio o seguir sus historias para contarlas a las futuras generaciones.- N Van J

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