lunes, 8 de mayo de 2017

EL EXISTENCIALISMO DE EDMUNDO CAMARGO



 “Del Tiempo de la Muerte”, un libro con sabor existencialista y de poca accesibilidad en su forma original, hallado en 5 Bs. en la Feria de la 16 de la ciudad de El Alto – La Paz.


Nada menos Edmundo Camargo, una de las figuras claves dentro de los actuales poetas, especialmente los poetas paceños y cochabambinos, influidos dentro de esta corriente, junto a Jaime Sáenz otro existencialista de diferente nivel en agua.


El poemario por no decir menos, recorre una línea conductora, en imágenes, símbolos y signos, poco comunes para entonces. Todo lo mencionado se abre en un ritmo gradual, notas fuertes, marchas desenfrenadas, todo un espectáculo musical, no importa el lugar, el ambiente…muy fuerte, demasiado fuerte para el oído común, en pocas palabras es una percusión que suena demasiado fuerte.


Denso y denso según Juan Quiroz. También Edmundo Camargo es uno  de los porta estandartes de la poesía surrealista en Bolivia junto a Gustavo Medinaceli. Que más se puede decir, libro póstumo, aparecido en 1964, unos meses después de la muerte de Camargo, gracias al poeta Jorge Suárez.


Para muestra un botón como dice la canción, pero un poema no habitual en su larga lista de enredaderas existencialistas:


Canción

Me echaré de cara a la tierra
el cielo está habitado
más vale que el árbol
disperse mi corazón como una flauta
en fin que el trigo se acenize en mi boca
el cielo está habitado.

En mis tibias el aire ulula
el estanque se mueve tras mis pasos
el agua marcha sobre sus patas
la piedra se abre como una oreja
maquinaria bien aceitada
gira sus átomos
los pájaros no fueron hechos para cantar
gusto su peso en las ramas
sus metales chirriantes
que la lluvia lima y corroe.
La oreja contra la tierra
descubrirá un mediodía de hace diez siglos
el ojo llora ceniza
la miel de un nombre se cuela a las encías
busco un sueño con las manos
bajo un cielo habitado
maduro como la poma a punto de caer
vale más caer de pecho a la tierra
dejar crecer la piedra en los bolsillos
y que una bestia un día
nos endulce los huesos con su lengua
cálida como un sol sin movimiento.
El gato duerme bajo el párpado
un enmohecido gallo de veleta.


Costilla de Adán.

8 de mayo de 2017.

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