Al señor Alcalde
de Potosí le zapatea la conciencia desde tiempo atrás la loca idea de que
Potosí sea nombrada Capital Iberoamericana de las Culturas, semejante título
para una ciudad que no tiene casi nada, nada de nada. No tiene una bendita
galería de arte, como lo tiene la ciudad de La Paz dirigida por la propia
municipalidad. Las pocas que existen, como el de la Facultad de Artes y el de
la Casa de la Moneda, son insuficientes y no cumplen con su tarea, el de
promoción.
La galería o más
bien el Salón de Exposiciones Temporales de la Casa de la Moneda, de todo se
expone, de todo se vende, parece salón
de ventas o mercado persa, atrás quedaron los días que para exponer ahí celeste
de costaba celeste, uno tenía que ser méritos para exponer y había prestigio en
dicho salón. Ahora cualquier persona, cualquier grupillo organizado en una
charla de copas expone, debe ser la nueva política del señor Director. Ah!, la
de la Facultad de Artes, la conocemos como venta de libros, la historia no
cambia desde que uno tiene razón.
Potosí Capital
Iberoamericana de las Culturas, título utópico para una ciudad que vive en
total colonialismo, la Villa Imperial de Potosí, desde y hasta ahora. ¿Que son
de las instituciones culturales en Potosí?, no dicen nada, que es de la ABAP
Potosí que a más de callar la voz de sus socios no calla la voz de los de las
autoridades. Que es de la Sociedad Boliviana de Escritores Filial Potosí, que a
más de resucitar a Gesta Bárbara, no tiene la bárbara idea de hacer un programa
de ediciones literarias para el Bicentenario de la República, como lo que hizo
Gesta Bárbara en su tiempo, publicar libros para el Centenario de Bolivia. Y de
las otras nada.
Los potosinos
queremos resucitar el pasado de Gesta Bárbara a través de un comité, una y otra
actividad, para decir que Gesta Bárbara fue lo único que Potosí dio a la
cultura Bolivia, lo que equivale a decir que sólo quedará en familia y sin
proyección nacional y peor internacional.
¿Qué somos
nosotros los potosinos? Amanerados del pasado, seguimos haciendo teatro del
pasado, seguimos queriendo vivir en lo colonial.
Dejemos lo colonial para el museo y vivamos la
contemporaneidad, dejemos de disfrazarnos de españoles y actuar para la gente
ociosa, o disfrazarnos de indios sin saber lo que uno baila en Chutillos. Es
como lo que René Arrueta decía, para Chutillos la gente ve el tinkuy maravillado
de su baile y especialmente de su vestimenta pero no son los originales; un día
pasaba un típico originario del lugar, con su vestimenta típica interrumpiendo
a la gente que miraba el espectáculo del Tinkuy que bailaba para Chutillos, la
gente decía al originario que llevaba la típica ropa del Tinkuy, que se retire
porque apestaba y le perjudicaba su visibilidad hacia la típica supuesta danza
que bailaban los otros. En resumen, vemos la copia y no nos atrevemos a ver el
original. Es la idiosincrasia del Potosino.
Dejemos de hacer
concurso de ají de achacanas o ajís de fideos, pasarelas de niñas disfrazadas, de
nada servirá tener una Venus en casa.
Todo eso tampoco servirá para tener semejante título de Capital Iberoamericana
de las Culturas.
Ya lo decía el
Carlos Medinaceli: “El que a una buena y casera jovencita se la proclame reina
de la belleza es hacerle un mal, en nuestro económico país, porque ya casi
nadie se anima a casarse con ella, ¿Quién ha de ser el guapo que cargue con una
Venus de Milo a su casa? Porque se necesita nada menos que tener el valor de un
Júpiter para decir: -Oye, Afrodita, alcánzame los calzoncillos. O, lávame esos
calcetines. Y Anadiomena contesta malhumorada: - Allá tú con tus cosas. Yo tengo
que dar de mamar a la guagua”.
Mejor hagamos
concursos con mucho más valor espiritual, como poesía, pintura o música, que lo
que quedan son las obras.
Dejemos de hacer
ferias pueblerinas para vender en puestitos callejuelos los libros de autores
piratas. Hagamos una Feria del Libro con todas de la ley.
Con esta
apreciaciones, quizás tengamos el título pomposo, porque tener un título así no
solamente es pensar en Chutillos o concursillos de platos típicos, si no hay lo
otro, que sirva para el alimento espiritual. No pensemos en pequeñas cosas,
pensemos en grande, pensemos en cultura, cultura general y no una parte de la
cultura.- N Van J.
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