jueves, 5 de septiembre de 2019

LA LOCA MANÍA DE LOS PRÓLOGOS



El ambiente está marcado por todas las cosas ya dichas a través de las redes sociales. Es necesario cubrir algunos vacíos para el bien de los indecisos pero también para los que creen tener la razón.

Hace poco tiempo, en el tablero de las críticas entre escribanos y de pluma alta, entre los grupos literarios de uno y otro bando, se debatió las imágenes de Jessica Freudenthal Ovando y Yamil Escaffi ambos amigos míos. Bueno, lo que pasó, pasó como ave veloz en un tiempo determinado.

Lo que ahora no estoy de acuerdo y lo que no me entra a la cabeza, es que editoriales entre comillas “Independientes”, se hacen llamar como tales rimbombantemente, para convertirse en la chica débil de la función para llamar la atención y poder vender más libros, como lo que pasa con la Editorial El Cuervo, Nuevo Milenio, 3600, Tata Danzanti y otras que no quiero engrandecerlas.

También no estoy de acuerdo en nominar a una persona importante, para que te lo haga el prólogo y de esta manera arrimarte al éxito de esa persona para creerte el men de la función. Los prólogos deberían ser de entrega total, de amistad, de buena voluntad, de cosas que no signifiquen la frase “Favor con favor se paga”. Por mi parte, nunca he pedido a alguien, a algún escritor de buen recorrido literario para que me lo haga un prólogo. Sé que a Homero Carvalho Oliva, le persiguen las muchachas y muchachos para que se lo haga el prólogo, sé que me odiará por esto, pero él es el chico mimado de la literatura actual y pedirle un prólogo es para que alguien suba su pequeña reputación. Yo le respeto, aunque nunca he leído nada suyo ni he hablado con él. Es más, en las redes sociales siempre él está incentivando con un “Felicitaciones” o un laik, espero haber escrito bien “Me gusta”, por eso le respeto por incentivar a los chavales, a los críos de la literatura boliviana.

Para mí un prólogo es algo especial, se le nomina a la persona por algo, que nace de muy adentro; pero ahora los prólogos se han convertido en padrinazgos de fiestas, chicherías, presteríos y borracheras – “¡Quién da más cajas de cervezas para escribir un prólogo!”. Pocas personas para mí han escrito un prólogo, han calado en mi vida, por su amistad, por su convicción literaria y sobre todo, todos han nacido de muy adentro para que me lo haga un prólogo.

 Ahora quiero agradecerles, he publicado cincuenta libros en diferentes formatos, ya sean artesanales o en imprenta, para mí son importante estas personas, aunque algunas de estas me han dado la espalda en determinado tiempo, pero me lo han escrito un prólogo: Adolfo Vara Ticona, Daniel Medinaceli, Ramiro Ordoñez, Rocío Álvarez, Roberto Arancibia López, Rosmery Ramos, Andreyna Herrera, Valeria Sandi y Alejandro Sanz, como verán la mayoría de estos no suenan ni truenan, pero han dado todo su tiempo para escribir un prólogo.- N Van J

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