Homenaje
a Marina Núñez del Prado, en el Museo Costumbrista “Juan de Vargas” de la
ciudad de La Paz – Bolivia. Del martes 8 octubre al 10 de noviembre de 2019.
Todo
un conjunto de esculturas para homenajear a una de las máximas representaciones
que tuvo Bolivia, para comprender el paisaje andino, lo nuestro, para aquellos
que vivimos en el altiplano boliviano, lleno de contrastes, de idas y venidas
para poder saber, desde el otro extremo de la Bolivia, si somos o nos atrevemos
a ser bolivianos.
Todos
han interpretado la forma en la escultura en su modo de ver sus pensamientos,
cada recorrido fugaz a vuelo sencillo y pausado en algunos momentos, nos hacen
comprender que la escultura sigue siendo lo que es, algo para decorar las
salas, en la mayoría de los casos, pero en algunos momentos, hay algunos puntos
suspensivos que sobresalen en su singularidad.
Es
necesario entonces proseguir la marcha, sobre instantes precisos para saber y
reinterpretar la forma, la forma como escultura y no la forma como decorado.
Sobre este corto mensaje, a título personal, tres son las esculturas que me han
llamado de sobremanera muy especial, pero digo y lo repito, a título personal.
Puede
ser que a alguien no le quede esto en su forma de ver su entorno, cada
mentalidad es diferente, la mía puede ser que no entre en el común de esas
mentes, pero es a título personal. Sigo repitiendo para que se entienda.
Hay
en el tallado en madera de José Gabriel Champi, con el título Irxs, algo que no
lo hacía antes. Sus obras demostraban acabados desproporcionados que no iban
con sus objetos ensamblados a esas obras. Pero por el tamaño se salvaban y
sorprendían por el común de las miradas. Es esta obra que resume su actividad y
lo que pensaba de él cambia de manera diferente. Obras de salón pueden
sorprender como las que son de gran escala. Es una obra vertical que sube y
baja asimétricamente hacia la base, esa es su ayuda principal, es un monolito
contemporáneo que proporciona luces interiores, para escapar a sus propias
sombras. Su metáfora ya está dicha, experimenta con líneas rectas, de difícil
comprensión para otros escultores.
Donato
Fernández, nos muestra con su tallado en madera Illimani, que su forma no puede
encasillarse en lo que es, nos habla de otra posibilidad y reconocer que el
Illimani puede dar en la escultura, otra posibilidad de abstraer su forma como
lo que comúnmente se ve entre nuestros escultores. Pero cómo un pedazo de
madera tan sencillo y unas cuantas formas, símbolos y signos, puede cambiar la
historia para demostrar que no todo es gastar el material y hacer perder su
materia.
Flama,
de Juan Carlos Limachi, en técnica mixta, me causa impacto el rojo. Le da vida
a su obra. Sin ese rojo no tendría sentido su trabajo. Su interpretación de la
flama, re-interpreta su pensamiento. He visto otras obras suyas, pero ésta es mi
favorita y no lo digo porque el rojo es mi color favorito, lo digo porque
también se puede acceder a otras posibilidades en la escultura. Su aporte es
sincero y simple, pero cómo arde a través de esas líneas curvas y la luz que se
refleja en él.
Agradecer
a los funcionarios del museo, por el montado y la iluminación, muy pocas veces
se puede lograr, semejante calidad en iluminación para poder dar luces y
sombras a esas formas, que sobresalen a primera mirada.- N Van J.